“
"Nosotros, los oficiales, nos esforzábamos, desesperados, por alcanzar al Ejército. Cuando nos dimos cuenta de que ya estaba demasiado lejos, nos pusimos a pensar en cómo sobrevivir comenzando la lucha en la retaguardia del enemigo. Las localidades estaban ocupadas por los alemanes, pero aún carecían de administración y departamentos de policía. Entonces, aún teníamos alguna oportunidad. En julio de 1941 me vi en Bobrúisk..."
De las memorias de Víktor Líventsev