"… Más de 30 kilómetros, superando la fatiga, arreamos el ganado. No dormimos dos noches, no comimos todo el día, pasamos cerca de 70 kilómetros, los pasamos rápida y alegremente. Por el camino desmontamos dos puentes. Por orden del jefe del destacamento, instructor político superior Pokrovski, las 62 vacas fueron entregadas a las familias de los soldados del Ejército Rojo y de los guerrilleros, las familias donde los hitlerianos confiscaron los animales por considerarlas poco seguras".